Una niña adoptada de cinco años, enérgica, alegre, curiosa, peculiar y excéntrica; tan peculiar y excéntrica que hasta su propio padre la llama rara. Inicialmente, también ignora muchas cosas que se esperaría que una niña de su edad supiera, entre ellas timbres, escaleras mecánicas, aires acondicionados e incluso columpios de parque. Esta ingenuidad es la premisa de historias humorísticas donde aprende sobre cosas cotidianas y, con frecuencia, las malinterpreta.