Carl era un aristócrata, un hombre de noble cuna. Tenía su propio castillo, su propio caballo y mucho dinero. Un día, un mago lanzó un hechizo sobre Carl mientras cabalgaba. Nuestro héroe se cayó y se rompió el cuello. Sin embargo, si usas la magia con fines egoístas, debes esperar consecuencias nefastas.