En un determinado reino élfico, existe una antigua creencia. Un gran reino surgirá de un gran ejército, y un gran ejército surgió del poder del pueblo elegido.
Ha sido una tradición hereditaria: quienquiera que desee unirse al ejército deberá superar la reclusión. Son exiliados a una mazmorra llena de criaturas malvadas y un laberinto enigmático.
Cualquier guerrero exiliado que supere la reclusión tendrá el honor de unirse al ejército.